A pesar de que la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación no procesionaba habitualmente en el siglo XX, existe constancia de que el paso existía en 1929, gracias a la documentación gráfica que certifica su participación en la procesión del Corpus de dicho año, (se adjunta foto de archivo). En él se apreciaba el conjunto, en el que se ven la peana, los candelabros de guardabrisas y los frisos situados en la mesa del paso, sobre la parihuela.
Cuando la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación pasa a ser Titular de la Hermandad de la Cena, surge en la corporación la inquietud de organizar la procesión de la Virgen, algo que se hace finalmente en octubre de 2006, después de la restauración de las andas, las cuales se encontraban en un estado pésimo, en especial los candelabros.
Todo el conjunto es de estilo barroco, adaptándose perfectamente a la magnífica talla de Nuestra Señora, contribuyendo a su sensación de elevación y elegancia.
Para su nueva salida procesional de 2006, se complementan sus antiguos enseres con unos respiraderos bordados, unos faldones de damasco rojo y una moldura que rodea la parihuela.
La procesión acontece desde entonces el primer domingo de octubre por la tarde, tras celebrar los cultos dedicados a Nuestra Señora de la Encarnación.
Cuando la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación pasa a ser Titular de la Hermandad de la Cena, surge en la corporación la inquietud de organizar la procesión de la Virgen, algo que se hace finalmente en octubre de 2006, después de la restauración de las andas, las cuales se encontraban en un estado pésimo, en especial los candelabros.
Todo el conjunto es de estilo barroco, adaptándose perfectamente a la magnífica talla de Nuestra Señora, contribuyendo a su sensación de elevación y elegancia.
Para su nueva salida procesional de 2006, se complementan sus antiguos enseres con unos respiraderos bordados, unos faldones de damasco rojo y una moldura que rodea la parihuela.
La procesión acontece desde entonces el primer domingo de octubre por la tarde, tras celebrar los cultos dedicados a Nuestra Señora de la Encarnación.