Hermandades sevillanas en Roma, el 22 de febrero de 1948 |
Todos los años, el 22 de agosto, se celebra el
día de Santa María Reina de Cielos y
Tierra, festividad de esencial importancia para los hermanos de la hermandad de la Cena.
Se trata de uno de las fechas señaladas en el
calendario de la Hermandad ya que nuestra
corporación fue la primera en defender y jurar el voto de la Realeza de María
el 22 de febrero de 1948. Este hecho maravilloso se produjo ese mismo día durante la Función Principal de Instituto de la hermandad, la cual era
presidida por el Rvdo. Padre Escolapio Santos Familiar, Rector del Templo de
los Terceros, asistido por D. Ricardo Trayero, Diacono, y D. Rafael Barbero,
Subdiácono, ocupando la sagrada cátedra el Ilmo. Dr. D. Manuel Rubio Díaz,
Canónigo Capellán Mayor de la Real de San Fernando de la S. I. Catedral y
Vicario General.
Durante la Protestación de Fe, el Prioste de la
cofradía, D. Miguel Román Pérez, hizo lectura de la misma incluyendo, ante la
sorpresa y admiración de los presentes, el voto de defender la Realeza de la
Santísima Virgen María, lo cual fue jurado por todos los hermanos, devotos, y
autoridades eclesiásticas y civiles convocadas.
Debemos recordar
que la proclamación de la Realeza de María se produjo el 1 de noviembre de
1954, en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Aquel día, el Papa
S.S. Pío XII, reconoció esta Verdad Fundamental de la Iglesia ante miles de
fieles y devotos entre los que destacaban un grupo de sevillanos, los cuales
portaban banderas, estandartes y simpecados.
Entre ellos
se encontraba un joven cofrade de la Cena, el mencionado D. Miguel Román, devoto
de Nuestra Señora del Subterráneo, llevando consigo una bandera de la Realeza
encargada para tan histórico momento, la primera elaborada por este motivo, la
cual se encuentra precisamente en nuestras dependencias.
Su Santidad el
Papa Pío XII, dijo en aquella mañana de noviembre: “La realeza de María es una realeza ultraterrena, la cual, sin
embargo, al mismo tiempo penetra hasta lo más intimo de los corazones y los
toca en su profunda esencia, en aquello que tienen de espiritual y de inmortal.
El origen de las glorias de María, en el momento culmen que ilumina toda su
persona y su misión, es aquél en que, llena de gracia, dirigió al arcángel
Gabriel el Fiat que manifestaba su consentimiento a la divina disposición, de tal
forma que Ella se convertía en Madre de Dios y Reina, y recibía el oficio real
de velar por la unidad y la paz del género humano”.
Primera bandera de la Realeza realizada en el mundo, propiedad de nuestra Hermandad |
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